Todo está en nosotros mismos, precisamente en la cabeza, depende de nuestros pensamientos tendremos una mentalidad fuerte y positiva, o una mentalidad débil y negativa. Traduciendo esto en un cambio radical de vida, sea de superación o de derrota.

Una de las formas que me gusta llegar a mis lectores es con cuentos, fábulas, cuentos con moraleja o incluso experiencias de la vida real, siento que es más fácil de entender, esta vez les contaré una historia de dos niños que crecieron pero con mentalidades diferentes.

Estos niños eran Pedro y Carlos, desde pequeños fueron abandonados por su padre, era su madre trabajando de sol a sol, para que nada les faltara, gracias a la ayuda de sus abuelos que lo cuidaban mientras ella trabajaba.

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El lugar donde vivían era una zona pobre, los recursos eran escasos, pero a pesar de todas estas circunstancias ambos fueron criados de la misma manera, con las mismas oportunidades de estudio, su madre siempre le decía que estudiara para que luego tuvieran un trabajo y tuvieran una jubilación y una vida diferente.

Cuando terminaron el bachillerato, Pedro y Carlos tomaron rumbos diferentes, Carlos planeaba ir a la ciudad a trabajar, juntarse para montar un negocio, sus anhelos eran salir de la pobreza, no seguir viviendo y comiendo lo mismo, ver cómo su madre se sacrificaba todos los días para lograrlo. Estas palabras siempre pasaban por la mente de Carlos: “Puede que no tenga dinero, pero eso no me detiene, aunque tenga que
hacer sacrificios, haré que las cosas sucedan.

En cambio Pedro pensaba muy diferente a Carlos, se enfocaba en el resentimiento contra su padre, en su abandono, en como sufría su madre para que no les faltara nada, en crecer en la pobreza al ver todo lo negativo, era pesimista. Su pensamiento era terminar sus estudios, buscar un trabajo para vivir en paz.

Carlos se fue a la ciudad, busco trabajo hasta que lo encontro como mesonero, cada dinero que ganaba se pagaba un porcentaje donde iba recaudando para obtener un capital y poder montar su negocio y mandar dinero a su madre, el sabía que así como muchos de los personajes que empezaban de cero también podía hacerlo.
Por otro lado, Pedro se quedó en el pueblo, consiguió un trabajo donde debía atender un negocio de venta de celulares, donde lo que hacía con sus ganancias era cubrir sus necesidades básicas y ayudar a su mamá.

Después de un tiempo Carlos pudo montar un restaurante, donde poco a poco entendió los pasos de como llevar un negocio, los primeros meses fueron de mucha inversión y pérdidas, donde las ventas no eran muy constantes, pero estas razones fueron no para Carlos desmotivado, iban aprendiendo, siempre siguió su norte para salir adelante, sabía que si perseveraba su negocio crecería. Mucha gente le dijo que dejaría ese negocio, que buscaría un trabajo donde no se mataría tanto y conseguiría el dinero más fácilmente, sin complicarse la vida. Carlos, a pesar de no sentir apoyo, se dejó guiar por las personas que surgieron y obtuvo el éxito sin tener nada, eso es lo que Carlos tenía ese fuego vivo en él sin decaer.

De cada caída Carlos aprendió que estaba modificando, cambiando su modelo de negocio. El tiempo pasaba y Carlo iba saliendo adelante, donde sus ganancias eran tan buenas que pudo abrir otro restaurante en otra ciudad pero con las mismas pautas, donde ahora Carlos veía que la Luz había llegado en el túnel que tenía que recorrer. pasar para encontrar el éxito. En esa ciudad fue reconocido como empresario, donde los emprendedores le mostraban sus proyectos y él los orientaba, todos los años donaba en hospitales y escuelas de pueblos de extrema pobreza, y también en el pueblo donde creció.

Carlos, cuando obtuvo buenas ganancias, se reunió para darle a su madre una casa suya, donde la hizo sentir como una princesa, brindándole tranquilidad y felicidad al verla sufrir tanto por trabajar todos los días y darle la vida de cada día. pan de molde. día.

Pensamientos

En estas historias podemos ver a dos hermanos en cómo tuvieron las mismas oportunidades, crecieron de la misma manera, pero quien dio el punto de partida a su forma de ser el final de sus vidas, fue su mentalidad, tener dos perspectivas diferentes. . La forma de pensar Pedro quería vivir de sueldo en sueldo, Carlos vivía de sus sueños en sueños, donde uno pensaba en trabajar para comer y vivir tranquilo, el otro pensaba en hacer negocios y alcanzar el éxito en la vida.

Mientras uno tenía la tranquilidad de vivir de un salario y comer, el otro pasaba noches de insomnio, madrugadas interminables, incredulidad, grandes sacrificios, donde nunca se rendía, cada caída era una experiencia.

Donde uno se centró en lo positivo, el otro se centró en lo negativo y pesimista y un conformismo, solo tener un salario y tener una jubilación.

Si quieres tener éxito, solo depende de ti….